En ocasiones, los editores deben trabajar en conjunto con los traductores. Este caso se ve normalmente cuando la Editorial adquiere derechos sobre una obra en un idioma extranjero y quiere traducirla al español. Voy a presentar la visión desde el punto editorial, en este caso y luego desde el punto de vista de un traductor.
El Sr. Miguel Lambré nos acercó a un panorama
sobre las decisiones que toma una editorial en el momento de elegir si se
traduce un libro en Argentina o si se compra el producto completo para
importarlo, nos comentó, además, cómo es la situación cuando se crea un
contrato de traducción y cuál es el papel del traductor. Del Nuevo Extremo importa y exporta
traducciones. Distribuye libros desde Argentina y España hacia otros países
como México, Venezuela, Bolivia, Colombia, Chile, Corea, entre otros.
Miguel Lambré |
Entrevistadora: La idea es ver en la Editorial qué es lo que se tiene en cuenta
cuando se arman contratos de traducción. ¿Acá en Argentina se generan contratos
de traducción? ¿La Editorial tiene algún proyecto de traducción?
Miguel
Lambré: Sí, se arman. Cuando compras un libro en
otro idioma, cuando no está traducido, lo ideal es contratar la traducción,
porque de esa manera vos le imprimís tu propio estilo, depende de la colección
donde lo vayas a poner. En cambio si compras un libro que ya está traducido, o
sea, que fue traducido del inglés al español o cualquier otro idioma y compras,
porque hay cuestiones territoriales. Por ahí el libro fue vendido en España y
se tradujo en España, nosotros lo compramos, utilizamos la traducción y la
readaptamos. Tampoco termina ahí todo, depende de la cantidad de tiempo que
tiene el libro, por ejemplo hoy tenemos el caso de un libro que tiene
aproximadamente 20 años de haber sido traducido y estamos utilizando la
traducción de hace 20 años atrás de la primera editorial que lo publicó, pero
lo aggiornamos con la última edición que está actualizada y que está
hecha en inglés.
E: Nos interesaría saber si un libro que ya viene traducido, resulta
más económico que contratar un traducción y es más rápido ya comprarlo que
tener que armarlo en la editorial.
M L: Si vos compras el libro hecho, compras el
libro hecho, digamos. Si vos importas el libro de la Editorial X para venderlo
acá, vos pagas el precio del libro y ya está. Ahora si vos compras los derechos
de reproducirlo en Argentina para imprimirlo acá con el Sello propio tiene otro
costo y también tiene otra utilidad y otro riesgo. Eso depende, muchas veces
existe lo que se llama coedición, entonces,
nosotros tenemos acuerdos con editoriales del extranjero donde
coeditamos determinados libros, entonces, de repente ellos van a hacer una
tirada de X cantidad y me dicen: “mirá, de tal libro voy a hacer, estoy por
reimprimir, ¿Te interesa?”, le digo sí y me sumo a la edición de ellos con una
cantidad X y ellos al abaratar me pueden dar un mejor precio. Si están por
hacer una tirada de 5.000 ejemplares, que tiene un costo, y yo les pido 3.000
extra, el costo de 8.000 te da un prorrateo mucho más bajo y permite darme a mí
un mejor precio, entonces en ese caso, sale mucho más económico. Después entras
en el problema de la importación y si lo podes hacer o no lo podes hacer, pero
no estamos hablando de eso.
E:
¿Qué otras razones, además de las económicas,
influirían en la decisión de traducir o no una obra?
M L: Aclaremos un punto. La traducción es en el
caso de que el libro no está en español. Si vos compras un libro traducido,
compras el libro traducido, es decir, lo que pagas es un derecho de cesión,
entonces, si la pregunta apunta a si conviene comprarlo hecho en el extranjero
o hacerlo acá, eso depende mucho de la negociación, o sea, no hay una ecuación
perfecta. Hacerlo allá es más barato que hacerlo acá o viceversa, es una
cuestión de negociación, es lo que te decía antes, si yo les digo “haceme un
libro solo para mi” va a ser un valor, ahora si yo me sumo a una tirada de un libro
que ellos van a hacer, va a tener otro valor y, además, muchas veces el costo
tiene relación con las formas de pago, porque la forma de pago te da o no un
valor de financiación extra. Entonces en Argentina hay un costo financiero,
porque vos tenes que comprar el papel prácticamente de contado, tenes que pagar
la imprenta a un corto plazo y vos empezás a recuperar a los varios meses. En
cambio cuando vos haces esto con una editorial del extranjero que tiene un
plazo mucho más extenso y te lo traslada a vos, no tenes costo financiero y a
veces compensas pagar un poquito más con el costo financiero, porque a vos te
conviene, en lugar de pagar todo junto y bancarte la financiación todos los
meses, por ahí te conviene pagar un poquitito más que ir pagando todos los
meses. No hay una ecuación, no hay un
ABC, hay una negociación, hay mil formas de hacerlo. No existe el pensamiento
único.
Miguel Lambré junto a las autoridades de la Cámara Argentina del Libro durante la entrega del Premio a Mejor Stand en la Feria del Libro de Buenos Aires del año 2012. |
E: ¿En la editorial se negocian contratos de derechos de traducción?
M L: Sí, muchos.
E:
¿Qué tipos de contratos se utilizan para firmar con
un traductor?
M L: Esto
es interesante, porque en algunos lugares del mundo, más que nada en Europa, el
traductor firma un contrato atado a la venta del libro. En cambio en Argentina
se firma un contrato de traducción único. Vos contratas a un traductor para que
te traduzca el libro X, convenís un valor y la traducción pasa a ser tuya, no
es más del traductor y vos dispones de esa traducción. Obviamente, por ahí si
es un traductor con mucho prestigio tal vez te diga: “bueno, yo te cedo los
derechos de traducción del libro solamente para la venta en este formato libro
y nada más”, no es que podes venderlo para cualquier otra cosa, entonces es una
cuestión de negociación; pero acá existe la forma de contrato de traducción y
la traducción es tuya, el traductor deja de estar atado. Ahora, podrías hacer
un contrato por el que sí esté atado.
E: Claro,
como con el autor que se le paga un porcentaje del precio de tapa.
M L: Claro, obviamente no le pagas lo mismo que
se le paga al autor, pero a veces el traductor, en caso del libro, la
traducción de un libro de algún filósofo donde vos necesitas por ahí a un
traductor que además sea un académico, por ahí es conveniente dejarlo atado al
valor del libro porque además te da el prestigio de que la traducción haya sido
de fulano de tal.
E: Cuando se piensa una traducción ¿Se prefiere algún tipo de variante
lingüística, como por ejemplo el español neutro?
M L: En el caso nuestro, sí, nosotros preferimos
un español neutro, porque no solamente lo vamos a vender en Argentina, lo
pensamos llevar a toda América, entonces si utilizamos un español muy
argentinizado quitamos clientes del exterior. Más allá de que todo es entendible
y hasta podes llegar a averiguar el significado de una palabra, lo mejor es
evitarlo, se trata de que la persona que lea, lea de corrido y que lo entienda
con la lectura, no que ande buscando “che ¿Qué quiere decir X cosa?”. También
hay modismos que son muy de acá, no podes poner “esa chica es hermosa mal”, ¿es
“hermosa” o “mal”?, pero eso acá se usa, los chicos lo usan, son modismos. Esto
es algo que no mucha gente respeta, por eso son muy criticadas algunas
traducciones españolas, más que nada de este tipo de libros de narrativa donde
los españoles usan esta forma coloquial de todos los días.
Entrevistadora: Sí, porque a nosotras la inquietud nos salió de ahí, de haber
estado investigando en un blog donde los chicos se quejaban de eso, de que los libros
que le llegaban usaban esas palabras.
M L: Sí, claro, giripollas, coño y ostias, por
ejemplo decir “ostia” es como decir “¡Que bárbaro!”, entonces para no decir
“ostias” porque por ahí se puede enojar la iglesia, dicen “ostras” y, entonces
vos decís: “¿De qué está hablando? ¿Qué tienen que ver las ostras con esto?” o,
por ejemplo, los chicos en lugar de decir “joder” dicen “jodin”… ¿Qué es
“jodin”?; entonces podes evitar todo eso, podes evitarlo, porque si no yo creo
que es una forma muy cerrada de traducción o es muy imperial. Por ahí es pensar
que todo el mundo tiene que entender como yo hablo, es una forma imperiosa de
decir las cosas. Nosotros no lo hacemos, traducimos con algo más neutro sin
necesidad de entrar en eso del “tú” y todas esas cosas.
E: ¿y obras de la editorial que sean traducidas a otros idiomas?
M L: Muchas. Tenemos obras traducidas al
coreano, al irlandés, al japonés, al chino, húngaro, al hebreo, al alemán, al
italiano, al francés. Muchas, muchas obras nuestras. Hace poco nos compraron un
libro desde Corea. Bueno, sí, muchos libros nuestros son traducidos a otros
idiomas, al portugués. O sea, nosotros tenemos libros nuestros traducidos y
publicados en Portugal y Brasil, curiosamente son 2 idiomas diferentes, es
decir, los brasileros no usan, siendo el mismo libro en algunos casos, la
traducción que se hizo en Portugal, hicieron su propia traducción.
E: ¿Qué políticas de Gobierno le facilitarían?
M L: La mejor política de Gobierno es la de
aquél Gobierno que te deje trabajar. Una política que te permita trabajar,
desarrollarte, evolucionar, llevar adelante un proyecto, dar trabajo y, en la
medida en que ganes mucho dinero, pagues los impuestos y, si no se paga, que el
Gobierno actúe en consecuencia, pero para mí no hay política, lo mejor es que
te dejen en paz, porque muchas veces se toman políticas globales sin analizar
la situación de cada sector, por ejemplo, nuestro sector es un sector muy
particular y es tan particular, esto te lo digo porque es algo que me gusta
decir últimamente, que nosotros de la nada construimos un producto que luego lo
traducimos en divisas. Por ejemplo, nosotros para hacer este libro contratamos
al autor, el autor nos trae el libro, nosotros compramos el papel, contratamos
a los diseñadores, a los diagramadores, en el caso de traducción a los
traductores, entonces hay un montón de gente, muchísima gente que trabaja en
todo eso y de una idea, de un contenido que trajo alguien surge un producto,
ese producto, nosotros si logramos venderlo en el exterior, vuelve al país en
otro formato, en divisas que son beneficiosas para el Estado. Sin embargo,
nosotros no somos “la niña mimada”, en absoluto. Tal vez, “la niña mimada” sea
quien haga que entre muchísimo más dinero, que se yo, los grandes exportadores
de soja o algún otro producto, pero que tienen muy poco valor agregado. En
cambio, el nuestro tiene mucho valor agregado, aunque fuese importado tiene
mucho valor agregado. Por eso el mejor sistema es el que no te molesta, el que
te deja trabajar en paz.
Jurado del concurso Extremo Negro (De izq a der) Carlos Saez, Eugenio Zapietro, Ernesto Mallo y Miguel Lambré |
E: La idea que teníamos es que España concentra la mayor cantidad de
traducciones, pero por lo que estuvimos hablando me doy cuenta de que no.
M L: No, para nada. Las mejores traducciones son
argentinas, los mejores traductores están acá. Después hay una cuestión de
costos. Las traducciones argentinas son
más baratas que las de España, a pesar de como está España hoy. Creo que fervientemente en el
emprendimiento privado, creo en las pequeñas empresas que pueden terminar en un
gran negocio. Las grandes editoriales nacieron en un galponcito y se
convirtieron en una gran industria. Creo en los emprendimientos y creo que hay
que apoyar a la gente que tiene proyectos.No creo en las políticas de Gobierno,
porque ninguna política de Gobierno es beneficiosa, porque siempre las
políticas de Gobierno te benefician a vos y perjudican a otro y yo no quiero
beneficiarme perjudicando a otro, ni que fuese al revés. No quiero que prohíban
todas las importaciones porque produzco libros acá y entonces me voy a
beneficiar, ni tampoco todo lo contrario, que permitan las importaciones
estrictamente de manera tal de perjudicar a los que hacemos libros acá.
Tengamos reglas claras para todos. Creo
en la competencia, y la competencia controla, porque si dejas a uno solo que produzca, seguramente
ese aunque no quiera en algún momento se va a asentar en un monopolio, el
proyecto mismo lo va a llevar a manejar el mercado. Con la competencia el
mercado se regula.
E:
Es interesante, teníamos una idea muy distinta.
Pensábamos que en el país no se generaban, es decir, sí sabemos que se hacen
traducciones, pero no en la cantidad que se hace en España o que no era una
prioridad para las editoriales argentinas el comprar derechos de obras para
traducirlas.
M L: No,
sí que se compran y se hacen traducciones. España no es el dueño del mercado.
Lo que pasa es que hay una cuestión territorial, incluso, porque los agentes
literarios que han inventado el negocio, donde benefician al autor, pero
también se benefician ellos, han ido subdividiendo el territorio, entonces
cuando hay un autor importante puede ser que una sola editorial grande compre
para todos los territorios o le venda a una editorial para España, a otra para
Centroamérica, a otra para Sudamérica e incluso han llegado a dividir, en
muchos casos, Conosur, lo que sería Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y
Bolivia. Dividen el territorio y le sacan más dinero. Por ejemplo, nosotros hemos tenido libros que
eran solamente para América y para España los tenía otra editorial y viceversa.
España no es el dueño del mercado, es el dueño de la lengua, fue quien inventó
la lengua española y nosotros hablamos español, pero fuera de España hay un
mercado impresionante. Nosotros apuntamos al mercado Americano, también
vendemos a España, mandamos muchos de nuestros libros a España, así que no es
dueño de nada España. La idea de la concentración en España creo que viene
porque ellos son los dueños de la lengua y porque la mayoría de las grandes
editoriales han nacido en España, otras han nacido acá y otras han crecido
gracias a América. Hay editoriales en España que son mucho más chicas que en
América, o sea, que América les permitió crecer. No hay una sola forma de hacer negocios. Vos podes comprar para
traducir, podes comprar la traducción, comprar la traducción y adaptarla, si te
interesa esa traducción podes volver a hacerla. Nosotros ahora tenemos una
traducción que es vieja, hablamos con la autora y sabemos que tiene errores,
ella nos dijo que la versión más actualizada es la traducción al inglés,
entonces para no volver a hacer la traducción, tomamos la vieja traducción al
español y la estamos corrigiendo con la que está en inglés, para no volver a
hacerla, porque hacerla también implica una reinterpretación, porque no es una
cosa literal, la traducción no es traducir literalmente con un diccionario, eso
lo hace cualquiera. El traductor también hace un aporte literario y el
corrector de estilo siempre tiene que ver la traducción. Hace muchos años
tuvimos un libro de Nora Efron, es escritora y directora de cine, donde ella
cuenta su historia con uno de los periodista que protagonizó el caso Watergate,
este libro tuvo una película, también. El caso es que la traducción del libro
la hicieron dos personas y estábamos con un problema con una palabra que era
algo así como “ardor de estómago”, esta era la traducción literal, pero en
realidad se refería a un malestar que te da cierta situación, costó mucho
descubrir a qué se refería con eso, porque en realidad no hablaba de un dolor
físico sino que se refería a un malestar emocional. Costó descubrir que era
eso, por eso te digo que la traducción no es una traducción literal, así que es
interesante el tema de la traducción.
Entrevistadora: La verdad que sí, es interesante. Con esto terminamos. Gracias por
su tiempo y por la entrevista.
¡Y gracias a ustedes por leerla!
¡¡¡Muuuy buena entrevista!!!
ResponderEliminarAl principio dije:"Ah, es bastante larga".. y cuando la termine pense: "¡¡¡Quiero más!!!"
jajaja! Sí, es larga pero está buena. A mi también me ayudó a entender bastantes cosas en cuanto a las traducciones. Después subo otras que tengo realizadas a traductoras.
Eliminar¡Saludos!
Vane, felicitaciones! Esta genial la entrevista, super interesante.
ResponderEliminarUn beso!!
¡Gracias Estefi! :D
EliminarMe encanta todo esto!! Yo también tenía la noción que España era el gran monopolizador de taducciones y de libros, pero al perecer no es así :D
ResponderEliminarMuy buena entrevista! Saludos! :D
¡Gracias Maty!
Eliminar¡Saludos!